Lo que escribimos es lo único que quedará de nosotros.

domingo, 28 de abril de 2013

Hablando de botones y pizza (parte 2)

De nuevo esa cocina. De nuevo estoy contra el umbral. ¿Café? Me pregunta. Sí. Sólo. Café sólo. Y frío. Con mucho, mucho azúcar.
En realidad está caliente... En realidad me da igual. En realidad ya todo me da igual. Hasta el café. Porque no llevo pantalones. Ni bragas. Porque estoy en su cocina, de nuevo. Esta vez desnuda. Esta vez tomo café. Esta vez me besa el cuello. Esta vez me da todo igual...

Me ha puesto el café por cortesía. Pero tengo la boca tan llena de besos que me impiden tomármelo. Y me da igual no terminarme mi café. Porque esta vez no se le quemaba la pizza. Sólo quemábamos el café y yo. Porque esta vez desabrochó el botón.

sábado, 20 de abril de 2013

SOS

A veces necesitamos que alguien nos rescate de nuestra propia tempestad. Lanzamos SOS's desesperados a un vacío que se lo traga todo, hasta las súplicas. A veces nuestras propias lágrimas nos ahogan, y sólo necesitamos un pañuelo que las absorba todas. A veces un cálido abrazo basta.

Son gestos muy pequeños y aparentemente insignificantes, pero su falta atrofia el bienestar emocional...

viernes, 19 de abril de 2013

Silenciamos el Mundo

Silenciamos el mundo. Nos sumergimos en un mar de acordes. Desconectamos. Todos con esos auriculares envolventes de colorines y formas variadas. Yo también ¿eh? Yo soy la primera que quiere acallar un poco al Mundo. Me gusta más observarlo mudo, como una película antigua en la que yo puedo ponerla la BSO que quiera.

8ª Jam en #DiablosAzules

No recuerdo en qué momento dejé de ser su orgullo, la niña de sus ojos. Sólo sé que de pronto sobraba en su vida, o al menos así lo sentía yo.
Descuida que no se molestó en desmentirlo, no trató de convencerme de lo contrario. Ni siquiera me regaló palabras vacías de un afecto diluido entre mareas de odio. Yo estaba ahí, me miraba sin verme, me ignoraba... Era más fácil que intentar comprenderme. Siempre que podía, optaba por la ley del mínimo esfuerzo, y escucharme debía de ser agotador, pues nunca lo hizo.

Yo tampoco luchaba por hacerme oír, todo hay que decirlo. Pero se acabó. Nunca volveremos a recuperar aquello. Nunca me mirarás y veré en tus ojos ese inconfundible amor que caracterizaba nuestra relación. Se acabó la tiranía, voy a obligarte a que me consideres, con odio si es necesario. Vas a escucharme, oh sí, quieras o no papá, vas a escucharme, porque tengo algo que decir.

viernes, 12 de abril de 2013

7ª Jam en #DiablosAzules

Es tentador. Muy tentador. Oigo el agua de la ducha estrellándose contra el fondo de la bañera. Muero por despelotarme en el pasillo y bañarme con él. Sí, muero por ver su cara de sorpresa al descubrir la necesidad en mi rostro. Muero por bañarme con él.
Vaya... Creo que mi cuerpo ha decidido... Sin voluntad alguna sobre él, observo desde el interior, desde mis ojos, cómo he empezado a arrancarme la ropa. Es un contrarreloj, debo darme prisa o saldrá de la bañera y perderé la oportunidad de sorprenderlo y de follármelo bajo la ducha.

Ya me he sacado con ferocidad un par de camisetas, poniendo en duda la fortaleza de las costuras. He lanzado de un par de patadas las zapatillas contra la pared. Es una ventaja no llevar calcetines; me ahorra tiempo.

Empujo fuerte la puerta, cruje. El grifo se cierra y aparece él tras la mampara que evita las fugas de agua. Sonríe, sí. No hay duda; mi rostro delata la necesidad que tengo de él. Me mira de arriba a abajo, doy un paso tentativo, buscándolo, pero posa su dedo índice sobre el hueco que dejan las clavículas en la base del cuello. Frena así mi desesperado avance. "No, joder... Vuelve a esa maldita bañera y abre el grifo" grita mi mente. Sigue sonriendo... "No sonrías ¡y métete YA en la bañera!" Pero se queda ahí. Hace un ademán con la barbilla, frunzo el ceño sin comprender, "¿qué..? Ah, mierda, ya entiendo... Soy imbécil. Con las prisas olvidé quitarme el pantalón. No me deja bañarme porque es negro y destiñe... Pongo los ojos en blanco, jodido tiquismiquis...

De camino a clase..

Parece un ratoncillo, es tan pequeño... Sentado en su banco del metro balancea sus piernitas delgadas como palillos, enfundadas en unos pantalones probablemente heredados de su primo, su hermano, o un vecino mayor. Los pies le bailan dentro de esos zapatones.

Tiene cara de susto, ojos de zorrillo, listo como él solo, pero asustadizo e impresionable.
Bosteza, y al hacerlo se le marcan los huesos de los pómulos. Es muy temprano para un niño tan pequeño. Lleva tallas desproporcionadamente grandes para su complexión, le empequeñecen aún más.
Es realmente muy guapo, aunque no levante un palmo del suelo. Parece frágil, parece que si estornuda se le desmontarán los huesos.

No fija su mirada, su abuelo lo coje de la mano y lo saca del vagón. El pequeño lo sigue con docilidad. Es realmente muy guapo, aunque no levante un palmo del suelo...

miércoles, 10 de abril de 2013

Me acuerdo // No me acuerdo

Éste es el primer ejercicio que nos mandaron realizar en el taller de relato breve que estoy haciendo. Se trata de enumerar un par de momentos significativos y personales que recordemos, y otro par de los que no nos acordemos.

Me acuerdo de...

...las sirenas de la ambulancia, de las palabras mecánicas y vacías del enfermero intentando (inútilmente) calmarme.

...la desaparición de un ser querido durante una noche entera. Recuerdo las malas hierbas arañándome la piel mientras corría campo a través de madrugada, buscándole. Recuerdo la salinidad de mis lágrimas, y las piernas fallando cuando lo encontramos, por la tensión contenida.

...un perdón tardío en el lecho de muerte de un moribundo. Tardío, pero necesario. Para él y para mi.

No me acuerdo de...

...los dos primeros días en el hospital. Están prácticamente en blanco. Guardo pequeñas sensaciones; dolor, alivio... Sé que hubo conversaciones, pero no recuerdo el rostro de quien conversó conmigo.

...lo que se siente cuando ciertas personas te abrazan. He olvidado el tacto de su piel, he olvidado su olor. No soy capaz de recordar cuándo fue la última vez que sus labios me dedicaron palabras cariñosas.

jueves, 4 de abril de 2013

6ª Jam en #DiablosAzules

Es una condena. Nacer es una condena. Te lo dice alguien a quien trajo al mundo un ginecólogo tuerto. Empecé con mal pie, lo sé.
Maldita... Estoy maldita... Y ustedes también lo están. No, no me miren así, saben de lo que hablo.
Cada día que pasa, cada despertar en este pozo, es humillante. El aire que respiro me ahoga, el sol no ilumina mis mañanas. Vivo en penumbra, por mucho que el astro rey brille en el cielo.
Para empezar, en la cesárea que me trajo al mundo, casi pierdo una oreja... El ginecólogo era tuerto, y al cirujano por lo visto le temblaba el pulso...
Tengo una teoría, sí. Y es sólida. Nacemos muertos señores. Esto no es vida. No hay más que mirar alrededor, ¿hay vida en las injusticias que nos asedian? Bien... El mundo es trágico por naturaleza, vale, llámenlo selección natural si quieren. Miren sus vidas entonces. ¿Les parece vida? ¿No se asemeja más al temido Infierno? Yo lo creo así, nacemos muertos en un Infierno terrenal. Es una condena. Nacer es una condena...