Qué golosa es la idea de que el apellido 'Shelley' respalde mi nombre... Qué honor, poder hacerme llamar Hija de Mary Shelley... Qué gratitud más grande estar a la altura de mis hermanos, defender la memoria de nuestra madre en la ficción...
Hoy, me limito a fantasear con ello. Mary está pensando adoptar a un nuevo retoño entre los brazos de su memoria. Y yo, estoy aquí, soñando formar parte de esa familia de terroríficas mentes...
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