Lo que escribimos es lo único que quedará de nosotros.

jueves, 30 de agosto de 2012

Tardes de otoño y gorros con pompón.

Otoño, la estación de los abrazos y los paseos bajo contínuos chubascos de hojas secas.
Ella espera sentada en un ajado banco situado en las lindes de un camino de piedra blanca y aspecto marmóleo. No reposa cómodamente sobre el respaldo, sino que está inclinada hacia delante con los codos sobre las rodillasy las manos entrelazadas. Uno de sus pies, sumergido en unas altas botas de ante marrón oscuro, se movía frenéticamente pero en frecuencias cortas, por lo que podía pasar perfectamente por inmóvil. Su naturaleza era activa, y llevaba ya más de 10 minutos esperando sentada, demasiado pedir para su escaso control de la paciencia.
Abrigaba su cabeza con un gorrito de punto color beige, sobre él, un gracioso pompón de un tono más oscuro que la tela bailoteaba al son del leve repiqueteo de los pies de la impacientada.

En ese momento, Él cruzaba en rojo por un paso de peatones. Iba distraído, siendo necesario un claxon de coche para devolverlo a la realidad. El auto apenas distaba un metro de su cuerpo, Él levantó los brazos en señal de muda protesta ante el conductor, pues ignoraba que era el culpable de la enorme frenada ahora bien visible sobre el asfalto. Aceleró el paso para alcanzar la acera de enfrente, y aminoró de nuevo al llegar a ella.
Alcanzaba a ver de lejos el banco en el que Ella se sentaba, apenas un puntito en el horizonte, pero indiscutiblemente era Ella.
Aprovechó el trecho de camino que les separaba para colocar informalmente los rizos que sobresalían debajo de aquel gorro beige que Ella le envió por correo con motivo de su último cumpleaños. De punto, realmente abrigaba, y a pesar de estar tejido a mano iba bastante acorde con la moda de aquella temporada, por lo que no era problema usarlo a menudo, no era el típico gorro que te regala tu abuela y que jamás te pondrías para salir a la calle.
Una vez consideró apropiado el desorden premeditado de sus rizos, metió las manos en los bolsillos de los vaqueros que tanto le había costado escojer para aquella tarde, con la esperanza de que se templaran un poco, pues iban camino de congelársele, a pesar de que la temperatura no era excesivamente baja.

Pudo divisar a lo lejos su figura, tan solo el contorno, pues su visión a largas distancias perdía calidad. Caminaba desgarbado, las manos en los bolsillos, y la mirada al frente. Conforme se acercaba, sus contornos dejaban de ser difusos para ganar en nitidez, permitiéndola disitnguir la sonrisa que se le empezaba a dibujar en la cara.
Se le estaba haciendo eterno. La impaciencia ganó la batalla; se levantó del banco, se estiró los ceñidos vaqueros por detrás, y se recolocó el abrigo también en tonalidades terracota que había comprado el día anterior y que estrenaba esa tarde.

Él miraba al frente, tratando de ocultar la pequeña inseguridad que de pronto se apoderó de él, a Ella le era más difícil disimular, pues de lo espontánea que era se la podía leer como un libro abierto. Aún así, ambos mantuvieron la compostura, evitando echar a correr a saludar al otro.

Habían pasado meses desde aquella tarde de Julio en la que de forma fortuita pasaron hablando las dos horas más cortas de sus vidas, dos horas que marcarían el comienzo de algo grande, tan grande, que ahí estaban, acercándose, ambos con sus gorros a juego, ambos impacientes, ambos, con ganas de escuchar la poesía que porduciría los pies del otro al pisar las hojas secas caídas en el camino... Ambos sonriendo;

-Hola bonita.
-Hola, rizo-man..

viernes, 24 de agosto de 2012

Felicidades Sho.....eeeesto Alberto ;P

Peter Pan era un niño que no quería crecer. Tenía su propio mundo al que escapar cuando los problemas le perseguían, podía volar entre las nubes, y huir de Garfio y sus malvadas intenciones.
Quien pudiera ser Peter Pan para vivir sin obligaciones, sin responsabilidades, sin unos padres detrás de ti dando órdenes... Pero no conoceríamos el amor, ni que nos tomaran en serio, ni esa dulce sensación de sentirnos sabios.
Crecer es necesario, y 23 aún no pesan, te queda MUCHÍSIMO por delante; tienes aún que conquistar miles de oídos, cientos de escenarios en los que disfrutar tu talento, infinitos folios que llenar de tus palabras, y aún muchas conversaciones que compartir conmigo =)

No voy a felicitarte porque hoy hace 23 años nacieras, no, eso carece de mérito, voy a felicitar a tu señora madre por crear un ser tan fantástico capaz de cumplir sus sueños incluso en territorio desconocido, un ser capaz de salir adelante, un ser, el único, que sin propónerselo está descifrando la mente más compleja sobre la faz de la tierra, la mía. Y voy a felicitarte también, porque aún no sé cómo, pero has conseguido ganarte mi confianza. Siéntete afortunado por todo ello Alberto. Disfrútalo mucho, que te lo mereces =)



(( ¿Satisfecho Sr. Escabias? ;P ))

lunes, 20 de agosto de 2012

El que me quitó el flequillo de la cara...

Vivía escondida tras una cortina de pelo,
sólo colores oscuros vestían mi cuerpo,
la cabeza gacha, siempre en guardia,
sentía las miradas clavándose en mi espalda.
Fue necesario un desconocido
para abandonar mi carcasa,
para quitarme el flequillo
y mostrarle al mundo mi cara,
mi cara, y mi forma de ser,
porque a partir de hoy
no me volveré a esconder
en colores apagados,
en mi mente inquieta,
seré como soy;un encanto
de sonrisa abierta,
ingeniosa y dulce,
agresiva y fiera,
tan polifacética...
 

domingo, 19 de agosto de 2012

Lo prometido es deuda.

Me he propuesto escribirte cosas bonitas,
llevo ya como 3 poesías escritas,
aunque lo cierto es que hacen vomitar,
de lo ñoñas que son poto arco-iris, no lo puedo evitar...
Así que si quieres te las digo en directo,
porque está visto, que para esto no vale el verso...

Ale venga, sigue ensayando,
que aquí la menda seguirá soñando,
y para cuando tú vuelvas, estaré esperando
mi ración de risas y palabras sinceras,
llenaré con sonrisas habitaciones enteras,
sonreiré tanto, que sería extraño que desde Málaga, no lo vieras.


jueves, 2 de agosto de 2012

Los días contigo

Tardes en las que llueven hojas de las copas de los árboles,
tardes en las que tu regazo es el mejor refugio para el frío que se insinúa al final del día,
tardes, en las que navegar por el azul de tus ojos es mi única aspiración.
Tardes en las que te secuestro en el sofá,
y cando mi cuerpo junto al tuyo a base de abrazos,
tardes en las que me envuelves,
tardes de sonrisas, de estar contigo,
tardes de compañía, de risas,
tardes, en las que somos algo más que amigos.

Mañanas de verano en soledad, mañanas de aburrido estudio, eterna fatalidad,
mañanas de soñar despierta contigo,
mañanas de imaginar que algún día soñarás conmigo...
Mañanas de creerte sólo para mi,
al menos, 2h al día, no te tengo que compartir...
Mañanas soñando despierta con invernales noches,
noches desnudas, noches vergonozsas de su desnudo,
noches a las que vestimos con nuestro amor mudo.
Noches contigo, noches recorriendo mi cuello,
noches perdiéndome en tu ombligo...
Noches con sabor a palomitas, besos salados,
noches de amor desenfrenado,
noches, de amanecer enredados,
amaneceres privados...

Madrugadas escribiendo,
madrugadas inspirados,
madrugadas pintando lienzos,
madrugadas en las que el pincel es tu mano...
Madrugadas de poesía y sexo,
madrugadas suspirando, plasmando la perfección de un cuerpo,
el cuerpo del ser amado...


Vida sencilla, vida contigo, vida compartida, vivir dormida, mi sueño; dormir contigo...

miércoles, 1 de agosto de 2012

Simple

Encuentro reconfortante una sonrisa, una mirada,
un abrazo eterno, o el silencio,
la simplicidad de la nada.

Imaginarte a mi lado me aporta seguridad,
aunque realmente seas obra de mi imaginación,
pero da igual...

Tus palabras se calaron hasta el fondo de mi ser,
no eran mías, sino tuyas,
pero a partir de entonces, me han de pertenercer.